Aldo D’avalos sonríe mientras se sienta en una de las camas de Terapia Intensiva del Hospital de El Calafate. Está próximo a ser dado de alta luego de recibir el primer implante de marcapasos en la localidad.
“yo me operé acá por la confianza que me dieron los médicos y el hospital”, afirma el maestro mayor de obras de sesenta y tres años que desde hace once años reside en El Calafate.